TURISMO ÉTICO

Cada vez más personas salen de los caminos tradicionales del turismo y se adentran en los parques naturales que son reservas de la sociedad civil y, por lo tanto, áreas comunitarias o espacios para conservar.

El turismo de naturaleza se ha ganado un espacio titular como estrategia nacional para mostrarle al viajero todas las bellezas naturales que tiene el país, para así conseguir proteger estos lugares, defenderlos de malos usos y trabajar en pro de la conservación. Sin embargo, el turismo puede también amenazar estas áreas si los visitantes y administradores de los recursos no toman las medidas adecuadas y actúan de forma respetuosa con el entorno, minimizando su impacto. En manos de los visitantes está el lograr hacer del eco turismo una alternativa para viajar de una forma profundamente respetuosa de la cultura y las riquezas ambientales del país. El viajero ético debe conocer claramente los límites que buscan, por encima de todo, el respeto del entorno, aprender sobre los ecosistemas, y disfrutar y visitar los maravillosos secretos que ofrece el país.

En la medida que la afluencia de visitantes a estos espacios naturales aumenta, los impactos negativos sobre el medio ambiente y, por ende, sobre la belleza paisajística son y serán evidentes si no existe un plan estratégico de cuidado y manejo adecuado del entorno. En este contexto, los diferentes actores de la industria turística, tales como operadores turísticos, autoridades municipales, departamentales y ambientales, entre otros, juegan un papel muy importante que consiste en mantener y cuidar los espacios naturales, y promover en los visitantes actitudes adecuadas para el desarrollo de actividades al aire libre que sean reconocidas como PRÁCTICAS DE TURISMO RESPONSABLE Y SOSTENIBLE.

A nivel internacional, un gran número de países han sido pioneros en la definición e implementación de estrategias para la disminución de impactos ambientales derivados de las actividades al aire libre y del turismo de naturaleza. En este sentido, muchos países en América han venido adoptando el programa de “No Deje Rastro" o "Sin Dejar Huellas”, que busca proveer al turista de herramientas para llevar a cabo sus actividades al aire libre de una forma más organizada, minimizando su impacto y comprometiéndose con el cuidado ambiental. El programa “No Deje Rastro” se ha convertido en la vía de articulación con operadores turísticos, administradores de áreas naturales protegidas y el público en general, para promover el uso responsable de las áreas silvestres a través de la aplicación de técnicas de mínimo impacto.

Así las cosas, se han identificado diez (10) principios; los cuales, en el fondo, pretenden el promover la necesidad de pensar antes de actuar, y de actuar en forma ética y consciente.

Los actores del turismo encontrarán en estos principios una guía que, junto con la inteligente razón, la conciencia y el deseo de actuar éticamente, permitirán un desarrollo sostenible.

Los principios son:

1. Prepare y planifique el paseo con anticipación y utilice proveedores que le garanticen el respeto al medio ambiente.

2. Si va a acampar, hágalo sobre superficies duras.

3. Disponga adecuadamente los desechos, minimícelos y no los tire. Acópielos y llévelos hasta cuando llegue a un depósito dispuesto para tal propósito.

4. En un espacio natural procure que la única huella que deje atrás sea la de su calzado.

5. Si visita ecosistemas sensibles, como arrecifes de coral o selvas, infórmese de cómo hacerlo para causar el menor impacto posible y no degradarlos.

6. Minimice el uso e impacto de las fogatas.

7. Al comprar regalos y recuerdos busque productos que sean expresión de la cultura local. Favorecerá la economía de los pueblos que le acogen y la diversidad cultural.

8. Respete la vida silvestre.

9. No adquiera flora y fauna protegida por el Convenio de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), ni productos derivados de dichas especies. Es un delito y contribuye a su extinción.

10. En su destino disfrute conociendo la cultura, costumbres, gastronomía y tradiciones de las poblaciones locales. Respételas y acérquese a ellas, tienen mucho que contarle.

Estos 10 principios son los fundamentos a partir de los cuales los participantes de las actividades inician la práctica del turismo responsable y ético. Para garantizar las buenas prácticas, la mejor recomendación que pueden seguir es pensar y cuestionarse antes de actuar, buscando respuestas que indiquen con claridad si nuestras acciones al viajar sitios naturales son ambientalmente éticas o no. Su escrúpulo y conciencia ambiental le dará la respuesta a esta pregunta y, cuando regrese a casa, debería tener la certeza que los sitios que visitó quedaron mejor o igual que como los encontró.